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martes, 5 de octubre de 2010

Grupo Fénix responde a Marcelo Ramal

Por Abraham Leonardo Gak

Buenos Aires, 28 de septiembre de 2010

Profesor Lic. Marcelo Ramal
Presente

Estimado Marcelo:

Un amigo me hizo llegar un artículo con tu firma en el que manifestabas tu repulsa a la posición del Grupo Fénix con respecto a la propuesta, con media sanción legislativa, de otorgar a los beneficiarios de jubilaciones un incremento de ingresos hasta cubrir el 82% del salario vital y mínimo.

Si bien soy el director del Proyecto Estratégico de la Universidad de Buenos Aires Plan Fénix, la presente es una intervención a título personal.

Mi intención no es modificar tu pensamiento sobre este u otros temas, sino hacerte llegar mi sorpresa por el tono descalificatorio, pleno de improperios, peyorativo y en gran medida insultante con que te referis a nuestro trabajo.

No puedo dejar de pensar en cuán diferente es tu actitud cuando te encuentras conmigo, en una mesa de debate. Tal vez tengas un doble standard; utilizando un estilo diferente cuando te diriges a un público presumiblemente obrero. A mi entender, de ser cierta mi hipótesis, tener otro lenguaje cuando se escribe para sectores populares, es un agravio a los mismos, inaceptable para quien pretende representarlos ideológicamente. Todos merecemos un debate serio y no con denuestos, que sólo aparecen como herramientas de agitación, llegando incluso a invisibilizar tus propios argumentos.

En cuanto a esto último, has hecho una lectura equivocada o mal intencionada de nuestra opinión, tal como surge de partes del documento citado que transcribo a continuación, y que entiendo contradicen tu interpretación.

La reforma previsional instrumentada bajo la hegemonía neoliberal en 1993, mediante la ley 24.241 suponía que: "...se desvincularía al Estado de cualquier promesa futura (más allá del pago de una prestación mínima), puesto que el haber previsional quedaría librado a la suerte de los mercados financieros; esto es, encarrilaba al sistema previsional en la misma vía individualista y no solidaria en que se intentó situar a la sociedad argentina."

"Esta reforma -que se reveló un pingüe negocio para el conjunto de Administradoras- fue un fracaso. Los beneficios previsionales pagados bajo el régimen de capitalización fueron exiguos; tanto, que el Estado tuvo que complementar las prestaciones para asegurar el cobro del haber mínimo. Además, fue impotente para preservar los depósitos individuales del derrumbe económico verificado en 2001 (derrumbe que, paradójicamente, en parte es atribuible a la crisis fiscal que produjo la propia reforma previsional de 1993)".

"Este capítulo de la historia previsional está hoy día cerrado, tras la acertada liquidación del régimen de capitalización. Deja como enseñanza principal que el destino del sistema previsional no puede aislarse de la trayectoria que en definitiva recorra la economía y, además, que es menester que este sistema concurra a cooperar para que esta trayectoria sea exitosa. Sólo una economía lozana puede permitir el pago de haberes jubilatorios dignos. La cuestión previsional no puede dejarse librada al mercado, porque el sector previsional no es "un mercado más"; es un tema de necesaria incumbencia estatal y de interés social."

"La acción gubernamental de los últimos años ha producido una reforma de hecho, por la universalización del beneficio previsional a través de un régimen de moratoria. Ello se ha realizado mediante la asignación de un haber básico que es independiente de las trayectorias laborales, y que de hecho le ha dado acceso al beneficio previsional a la virtual totalidad de la población en edad jubilatoria. Esto significa que se ha extendido el beneficio no solamente a la población antes activa que no cumplía los requisitos contributivos (básicamente, por desempeñarse en el sector no registrado); también ha alcanzado a población que no se desempeñó en el mercado de trabajo."

"Hoy día, más de 5 millones de personas se benefician del sistema jubilatorio nacional; a ello deben agregarse aproximadamente 1 millón de personas comprendidas por otras cajas. Cerca del 90% de la población argentina en edad jubilatoria recibe así algún tipo de beneficio previsional. Esta proporción, en un sistema estrictamente basado en las contribuciones laborales efectivas, sería inferior por lo menos en 30 puntos porcentuales".

"Un paso central ahora es explicitar en una norma legal la continuidad de estas reformas al sistema previsional. Como en otros rubros, éste es un aspecto en el que el Gobierno está en falta. La ley 24.241 debe ser sustituida por otro régimen previsional".

"Al respecto, la experiencia ha demostrado que cualquier diseño del sistema previsional que contribuya al desfinanciamiento fiscal está destinado a fracasar, en la medida en que ello comprometa el funcionamiento de la propia economía; y la masa de beneficiarios es la primera víctima de una crisis fiscal, por ser éste el principal rubro de gasto del Estado. La discusión al respecto debe integrarse a la de la naturaleza del Estado, de su gasto y de su sistema tributario, porque -como se dijo- el Estado se encuentra indisolublemente vinculado a la cuestión previsional".

Como podrás ver, en estos párrafos se relatan y afirman varias ideas bien distintas a las que fundamentan tus ataques.

Por otra parte, argumentás sobre nuestra posición en el sentido de que juzgás como una tropelía proponer que la jubilación sea pagada con fondos provenientes de rentas generales. Parece que tu idea es que los fondos deben ser fruto de los aportes de los futuros beneficiarios y no con recursos que deberían provenir de la carga fiscal sobre las ganancias empresarias.

Tal vez nosotros pensamos en cómo mejorar las condiciones de vida de todos en un contexto capitalista, y no en el hipotético caso de un cambio de régimen, que en tu argumentación maliciosa confundís.

En cuanto a tu solicitud de que devolvamos nuestros diplomas y reiniciemos nuestros estudios cumplo en manifestarte que en lo personal, no me ofende tu propuesta, pero al ver los aportes de muchos de mis compañeros, que a través de los años luchan por mejores condiciones de vida para todos, no comprendo por que razón no te incluís en esta propuesta.

En lo personal, considero injusto que nos asignes la condición de "chirolita", "guarango", "discípulo de Martínez de Hoz", "Fénix sin vuelo", "plagiario del pensamiento neo-liberal". No somos perfectos, pero sí honestos, y hemos enfrentado y enfrentamos opiniones oficiales y opositoras con nuestro pensamiento de desarrollo con equidad.

Me sería útil, sin embargo, conocer las razones que te llevan a tomar como propia la propuesta de una mayoría reaccionaria acompañada por los votos de una pseudo-izquierda que se acopla a esos intereses de la derecha. ¡Cuidado! Hay muchas formas y discursos funcionales a las ideas de la dependencia.

Por último, no lamento que pensemos en forma diferente. Lo que lamento es que ofendas a las clases populares con un discurso pleno de denuestos y pocas ideas, como si los argumentos técnicos sirvieran sólo para las mesas de la Academia y el discurso de baja estofa para el pueblo.

Desde luego, no espero que esta respuesta sea publicada como un derecho a réplica, pero por lo menos me doy el gusto de hacerte conocer mi opinión.

Sin otro particular, te saludo cordialmente.
Abraham Leonardo Gak

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